Imaginemos una Argentina sin tragedia. Esa Argentina existe, y está en su comedia. ¿Quiénes son sus personajes estelares? Los argentinos. El diputrucho, la Ferrari de Menem, la hamaca fantasma de Firmat, los misterios de la isla Huemul, el idioma de Bilardo, la banda delictiva de los niños cantores de la Lotería Nacional, entre otros grandes éxitos contados en este libro, aparentan variedad pero se ajustan a un factor común de hierro: solo podrían haber ocurrido en la Argentina.Entre la chantada y la licencia poética, la trampa y el candor, estos casos clínicos de la vida nacional cursan el último siglo de un país que ha hecho de los sucesos inconcebibles su marca registrada.
