Caroline Oresteia está destinada al río. Durante generaciones, su familia ha sido llamada por el dios del río, que ha guiado a sus capitanes en innumerables viajes a lo largo de las tierras fluviales. A los diecisiete años, ella ha pasado años escuchando el agua, lista para hacerse cargo de su destino. Sin embargo, el dios del río aún no ha pronunciado su nombre, y si no lo ha hecho hasta ahora, existe la posibilidad de que nunca lo haga.