¿En qué hemisferio del mundo están sentados Les Luthiers cuando posan en Quito para una foto de carácter universal? ¿Cuándo hicieron cuerpo a tierra los cuatro fundadores del grupo? ¿Qué celebran los intérpretes de Mastropìero con los restos de una vaca y media, por lo menos? ¿Por qué bizquea el caballero que exhibe una revista con una mujer desnuda? ¿Qué hazaña rememora la estatua de carne, hueso y barba que corona un pedestal urbano? ¿Cómo se estiran lo cuádriceps en un escenario? ¿Qué playa presenció el inquietante espectáculo de varios luthiers en traje de baño? ¿Cómo era el primer transporte colectivo de Les Luthiers? ¿Quiénes son esos tipos que pasan el paso de cebra con paso de ganso? ¿Son acaso luthiers esos dos amigos que retozan de cariñosa manera en un campo florido? ¿Quién es el individuo que inclina el dedo índice, por qué lo hace y por qué los demás lo imitan tontamente? ¿Quién es ese escribano que viste calzas de bailarina y mocasines? ¿Sobrevivieron al huracán los ocupantes del auto que vemos entre árboles caídos y carreteras destruidas? ¿Cuál es el peligro en forma de esfera elástica que enfrenta ese ciudadano de pelo blanco? Los seguidores de Les Luthiers se han planteado estas y otras preguntas a lo largo de cincuenta años. Ahora, por primera vez, Jorge Maronna ofrece las respuestas a través de las fotografías íntimas del grupo, que ha captado desde su fundación. El resultado es asombroso y, en ocasiones, sobrecogedor.
