Lucy, una mujer de mediana edad, escritora, convaleciente de una intervención por apendicitis que ha tenido alguna consecuencia posoperatoria, se encuentra en un hospital en el centro de Manhattan, a la espera de unas pruebas que le concedan el alta definitiva. Con ella se encuentra su madre, una mujer acostumbrada a la dureza de una vida precaria, que ha acudido junto a su hija a petición del marido de Lucy, en la actualidad separado y vuelto a casar, el cual se ha quedado con las dos hijas, Chrissie y Becka, durante la convalecencia. Madre e hija hablan y por la ventana de la habitación se divisa el edificio Chrysler iluminado, como una referencia en la noche.